“El 3 de diciembre de 1964 y en las oficinas de una empresa leonesa, se reúnen D. Ángel Benavente Valencia, D. Antonio Sarmiento Cármenes, D. José Sarmiento, y el que suscribe, Carmelo Luna Estébanez”.
“Se acordó dar los pasos necesarios para la fundación de una nueva Cofradía penitencial. Es deseo de los asistentes que esta Cofradía sea auténticamente penitencial y para ello se pondrán todos los medios a fin de que la disciplina y el orden además de la auténtica penitencia sean la norma fundamental por la cual se rija”.
Con estas palabras se recoge en el primer libro de actas de la Cofradía, el compromiso de fundación de la misma; son estas cuatro personas, reunidas en los locales que ocupara en aquel momento, la empresa “Calor y Vapor”, las que asumen el compromiso de poner en marcha el proyecto que, desde hacía varios años, rondaba la cabeza de quién sería el primer Abad de la Hermandad, D. Ángel Benavente Valencia. Previamente se habían sucedido contactos entre D. Ángel Benavente y quienes serían sus más directos colaboradores en su proyecto, personas todas ligadas a la actividad Parroquial de San Francisco de la Vega, en concreto al grupo de Las Conferencias de San Vicente de Paúl; ellos, personas comprometidas en la ayuda a personas necesitadas del Barrio de la Vega y El Crucero, conformarían la primera junta directiva.
Desde el citado día 3 de Diciembre de 1964 se sucederían varias reuniones en las que se dio forma a la Junta de Seises, se elaboraron los Estatutos, se aprobó la imagen o emblema de la Cofradía, se acordó cual sería su hábito, se marcaron compromisos; en definitiva, se sembró la semilla que mantiene viva hoy en día a esta humilde Cofradía Leonesa.
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